Es una enfermedad inflamatoria e infecciosa, continuidad de la gingivitis no tratada; la periodontitis presenta inflamación de encía y destrucción de los tejidos de sostén del diente (ligamento, hueso, cemento y encía) llegando a tener movilidad dentaria y en casos más severos, pérdida dental.
Los principales síntomas son:
Encías inflamadas.
Encías enrojecidas.
Sangrado.
Halitosis (mal aliento).
Movilidad dental.
Retracción de las encías.
Se crean espacios entre los dientes.
Dolor al masticar.
El tratamiento deberá ser realizado por el odontólogo, ya que consiste en la eliminación de todos los cúmulos de sarro superficiales y posteriormente, se realiza una limpieza profunda por debajo del nivel de las encías; haciendo un alisado y raspado radicular, para eliminar todo ese sarro que está causando la destrucción de los tejidos de sostén de los dientes. También se puede recomendar enjuagues y pastas para tener mejores resultados.
Posteriormente, se tendrá que valorar si es necesario hacer un injerto de tejido blando y tejido óseo, dependiendo de la gravedad del padecimiento.
Algunos de los factores que aumentan el riesgo de tener periodontitis son:
Gingivitis.
Salud oral deficiente.
Fumar.
Embarazo o menopausia (por los cambios hormonales).
Consumo de drogas.
Enfermedades que causan una disminución de la inmunidad ( diabetes, SIDA, leucemia, tratamiento de cáncer).
Es muy importante que los pacientes tengan buenos hábitos de higiene y una correcta técnica de cepillado para disminuir los riesgos de tener este u otro padecimiento.
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